¿Qué mejor manera de hacer colegas y mantenerse en forma que echar una pachanga a tu deporte favorito? Desde que pensé en venir a Inglaterra mi obsesión era la de conocer “nativos” e intentar hacerme un grupete de colegas ingleses, por aquello de practicar el idioma e integrarme lo más posible en el modo de vida inglés. Así que pensando en lo mucho que une el deporte, lo primero que eché en la maleta fue la raqueta y las zapatillas de tenis, los pies de gato y el arnés de escalada y el casco y los guantes de la bici.
Una vez aquí el segundo paso era encontrar esos colegas. Como no, otra vez Gumtree al rescate. Si tecleas por ejemplo “tennis partner” en el buscador general, enseguida darás con más de uno que como tú esté buscando compañero. Ese fue mi caso, lo que hice fue quedar con varios hasta que encontré a un par de mi mismo nivel. Así conocí a Martin, un tipo genial con el que además comparto también la afición al ciclismo y la escalada. Small world.
Recurrir a gente de Bristol me permitió también descubrir instalaciones donde jugar y competiciones locales. El tenis es uno de los deportes nacionales en UK y en Bristol hay muchísimas pistas. La calidad de las mismas varía bastante y te encuentras desde el patatal más infame en el que jamás se jugó al tenis, hasta pistas e instalaciones impecables. Eso sí, olvídate de nuestra querida tierra batida y del sofisticado césped natural. Aquí mucha pista de cemento y otras tantas de césped artificial.
Como para el tiempo que vas a estar aquí no te merece la pena hacerte socio de ningún club (no estamos para tirar cohetes), el chollo máximo sería encontrar una pareja que sea socio de un buen club y te invite a jugar en él. La suerte me llevó a encontrar a un jugador socio del único club de Bristol con una pista de césped natural (sueño desde hace años con jugar en esta superficie, el efecto Wimbledon) pero esa misma suerte quiso que lo conociera ya en invierno, cuando estas pistas no se pueden usar por no estar el césped en condiciones.
Un sitio al que le tengo cariño es el Ardagh Bowling and Tennis Club, las pistas 2 y 3 están bastante bien, las demás son regulares. El sitio está muy bien, con sus árboles, sus flores y sus banquitos de madera. Pero lo mejor sin duda, y la razón principal por la que lo recomiendo, es que jugar allí es gratis (recuerda “we are not like launching rockets”)
Los amantes del Paddle que se vayan olvidando, aquí ese deporte que tanto furor causa en el sur de Europa es un completo desconocido. Aunque con lo que gustan de los deportes de raqueta por aquí, en el momento que lo descubran va a ser una revolución. Y una oportunidad de negocio para los más espabilados. Un buen sustituto puede ser el squash que aquí triunfa bastante.
El tema de traerse el material de España puede parecer una tontería (mi madre se quedó a cuadros cuando me vio echar la raqueta en la maleta), pero si como yo eres amante de varios deportes sabrás cuanto cuesta equiparse para cada uno de ellos. En mi caso el material que me traje (una raqueta, un par de zapatillas de tenis, los pies de gato, el arnés, el casco de la bici, los guantes y hasta la bomba que me eché) pongamos que me ocupó media maleta de 15 kilos, que a efectos de facturación viene a ser como 8 euros. Sin embargo me ahorré tener que comprarme todo eso aquí, para luego tener que facturarlo de vuelta a España. Lo mismo digo con la bici, facturarla te cuesta 40 libras y aquí por menos de 60 no encuentras una.
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